Fin de Curso Sierra de Cazorla 2002 Del 3 al 8 de Junio 2002

“Esta tierra de Cazorla sorpresa hecha montañas, guarda en su laberinto de peñas y calizas, el privilegio de la paradoja y el regalo de las incertidumbres.Nadie puede calcular lo que hay detrás de cada puntal cimero; nadie es capaz de prever que nuevo paisaje guarda a cada revuelta del camino”

Con estas palabras definió Jaime de Foxá esta Sierra y es por esto que nos gusta repetir viaje para seguir descubriendo cada lugar escondido, camino, cascada… en fin siempre algo nuevo.

Amaneció el día desapacible, con frío y lluvia pero eso no nos desanimó y nos dirigimos a Quesada, donde comimos, para por la tarde, ir al Monasterio de la Virgen  de Tiscar, y allí visitar la cueva del agua mas conocida como cueva de la Virgen de Tiscar, ya que cuenta la leyenda que en 1319 se le apareció la Virgen al reyezuelo Tiscar. Es una de las grutas de interesante formación caliza, donde se funde el agua del río y la roca  del monte del caballo, las dos sierras se abrazan para dejar bajo sus entrañas el agua que se pierde caprichosamente entre saltos, pilones y fuentes para seguir zigzagueante río abajo hasta formar el idílico pilón azul camino de la aldea de Belerda.

Partiendo de los Llanos de Arance, subiendo por la pista del río Aguamulas, llegando,  hasta dónde recibe las aguas del arroyo de la Campana. Coger el sendero que nos llevará hasta los altos del Arroyo del Membrillo o subir hacia el Collado del Puerto del Tejo buscando la loma de los Castellotes, todo ello deleitado con sus grutas, cascadas, pozas de aguas cristalinas y acompañado con el frescor de los pinos y las sabinas y contemplar con devoción la violeta de Cazorla; pasamos unos días felices dónde tampoco faltaron la vista cercana de ciervos, gamos y cabras montesas y las graciosas ardillas subiendo con rapidez asombrosa a los árboles para saltar de una rama a otra.

Llegamos a Sevilla con alegría, tranquilos y felices de haber pasado unos días de convivencia y naturaleza.   

Maribel