El pueblecito de no más de 50 habitantes, fue nuestro inicio de ruta, un día soleado propio del tiempo en el que estábamos, pero sin calor. La ruta era entretenida, aspirando los olores de las flores y plantas del camino, mezclados con los de los cochinos que descansaban plácidamente al sol.
Ese día la comida fue de restaurante, en Cumbres Mayores, bien, ¡3 hurras por ello! Y ¡que comida! A base de las mejores partes de cochino. Algunos se os está haciendo la boca agua recordando ese día.
Volvimos por el mismo camino hacia Cumbres de Enmedio, después de un día agradable y relajado.
Maribel
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